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El Conocimiento Práctico
El conocimiento práctico, en cuanto conocimiento filosófico, es siempre especulativo, pero en vez de limitarse a saber por saber, se orienta hacia la acción para saber como dirigirla hacia el bien.
"Las ciencias prácticas buscan el conocer, no para conocer, sino para procurar con las acciones el bien del hombre (un bien distinto del puro acto de conocer la verdad). Pero el bien del hombre puede entenderse de dos maneras diferentes; puede ser «el bien particular», tales o cuales bienes particulares, o aquel que propiamente y en absoluto se puede llamar «el Bien» del hombre y del que depende el sentido de la vida humana.
"La ciencia práctica que tiende a procurar el bien puro y simple del hombre es la «Moral» o «Ética». El hecho de tener como objeto propio, no la perfección de las obras elaboradas y producidas por el hombre, sino la bondad o la perfección misma del hombre que opera, o bien el libre uso que hace de sus facultades, hace que sea propiamente la ciencia del “OBRAR”, la ciencia de los actos humanos (del agibile como se dice, es decir, del libre uso de nuestras facultades).
"En oposición al Obrar, el "HACER" es la acción productora, considerada no ya con relación al uso que al realizarla hacemos de nuestra libertad, sino puramente con relación a la cosa producida o a la obra considerada en sí misma.
"Esta acción es la que debe ser, es buena en su orden, si se conforma a las reglas y al fin propios de la obra a producir; y el efecto al cual tiende, si es bueno, es que esa obra en sí misma sea buena."
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El 'OBRAR' o Filosofía Moral
Todo el Humanismo de Maritain está definido como parte de la Filosofía Moral o Etica.
"En la gran tradición clásica que se desarrolla a partir de Sócrates, la Filosofía Moral puede ser caracterizada como una ética cósmico-realista. Decimos ética cósmica, esto es fundada sobre una visión de la situación del hombre en el mundo; decimos ética realista, esto es, fundada en realidades extramentales que constituyen el objeto de una metafísica y de una filosofía de la naturaleza. Esta ética es a la vez, y esencialmente, de carácter «experimental» y de carácter «normativo».
"La razón es la regla o medida inmediata de los actos humanos, regulada o medida a su vez por la «ley natura»l y los «fines esenciales» del ser humano.
"En consecuencia, el objeto moral es bueno en sí, intrínsecamente bueno, cuando es conforme a la razón. Hay un bien o un mal intrínseco – conformidad o no conformidad con la razón – del objeto de nuestros actos.
"Y la bondad o la rectitud de la acción moral depende de la bondad del objeto.
"En esta perspectiva ética, el bien moral está fundado en la realidad extramental: Dios, la naturaleza de las cosas, y especialmente la naturaleza humana, la ley natural. Es la perspectiva de la conciencia común de la humanidad, y es la verdadera y auténtica perspectiva de la filosofía moral.
Todos los descubrimientos y las grandes conmociones del pensamiento moderno, por más ambivalentes que sean, pueden mostrarse útiles para una filosofía moral capaz de criticarlos y de asimilarlos. Al despejar así el terreno, las liquidaciones que realizamos nos obligan además a tomar conciencia de la necesidad de recurrir a la metafísica. Hay necesidad absoluta de recurrir a la metafísica sí queremos justificar la validez real, objetiva, de las normas y de los valores morales.
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La Etica y la Filosofía Política
Por definición, la Filosofía Política forma parte de la Moralidad. El gran problema del tiempo presente consiste en que, en virtud de que Maquiavelo separó la política de la ética, los políticos no tienen restricciones morales de ninguna especie; sólo dependen de la conveniencia de acceso al poder.
"La Filosofía Política eleva la materia objeto de la investigación sociológica y científico-política, tanto a un grado más alto de inteligibilidad, como aun grado mayor de practicabilidad, porque aprecia dicho material bajo la luz y la perspectiva de un conocimiento más profundo y más comprensivo, un conocimiento sabio del Hombre, cual es la Ética, y trata, por ello, precisamente de los fines y normas de la conducta humana.
"Acabo de aludir al carácter ‘práctico’ de la filosofía política. ¿No parece esto en realidad paradójico, dado que la filosofía política, al igual que lo hace en un plano más amplio la filosofía moral, considera las cosas no sólo «como ellas son», sino también «como ellas deberían ser»? Hegel rechazó admitir la distinción entre el 'deber ser' y el 'ser', y al hacerlo dio validez a todos los crímenes de la historia. Pero, por otra parte, ¿no es precisamente esta distinción entre 'deber ser' y 'ser' un signo más bien de la ineficacia que no del carácter práctico de la filosofía política?
"Esta objeción tiene su origen en una visión bastante superficial de los asuntos humanos. Desprecia el hecho que el hombre es un agente intelectual que, por débil y carnal que sea, tiene un espíritu en sí. El hombre traiciona sus ideales pero es empujado por ellos y no puede actuar sin ellos.
La filosofía política no sólo es ‘práctica’, en el sentido que trata de las acciones humanas y de sus fines, normas y condiciones de existencia; sino que es, a pesar de los sarcasmos de los llamados hombres prácticos, eficaz y eficaz en grado sumo, porque la esperanza tiene que ver con el deber ser de las cosas, no con lo que las cosas son, y el hombre no puede vivir y actuar sin esperanza.
"La filosofía política es eficaz y eficaz en grado sumo, porque tiene que ver con las esperanzas terrestres de la comunidad humana."
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El 'HACER' es el dominio del Arte
El arte es una de las áreas en que Maritain incursionó con gran profundidad y con notable éxito, tanto por sus propios talentos naturales, como por haber interactuado constantemente con artistas – pintores, escultores, músicos, poetas (entre otros, Raïssa misma) y literatos, etc –, clásicos y modernos. Ello dio origen a numerosas obras, entre las que destacan 'Arte y Escolástica' (1920) y 'La intuición creadora en Arte y Poesía' (1953).
"El Arte, en el sentido más universal de este término, rectifica el Hacer y no el Obrar, se mantiene fuera de la línea humana: tiene un fin, reglas y valores que no son los del hombre, sino los de la obra a producir. Esta obra lo es todo para el Arte, y el Arte no reconoce otra ley que las exigencias y el bien de la obra.
"De ahí el poder tiránico y absorbente del Arte, y también su asombroso poder de pacificación; el Arte libera de lo humano; establece al artifex, artista o artesano, en un mundo aparte, cerrado, limitado, absoluto, donde pone su fuerza de hombre y su inteligencia de hombre al servicio de una cosa que él hace. Esto es verdadero para todo arte; el hastío de vivir y de querer se detienen en el umbral de todo taller de artista.
"Pero si el arte no es humano por su fin, lo es, y esencialmente, por su modo de obrar. Pues se trata de hacer una obra de hombre, que ha de tener la marca del hombre.
"La obra de arte ha sido pensada antes de ser hecha; ha sido plasmada y preparada, formada, incubada, madurada en una razón antes de pasar a la materia. Y en ésta conservará siempre el color y el sabor del espíritu. Su elemento formal, lo que la constituye en su especie y la hace lo que ella es, es su regulación por la inteligencia. Por poco que disminuya este elemento formal, en la misma proporción se disipa la realidad del arte. La obra a ejecutar no es más que la materia del arte, su forma es la recta razón. Digamos, para tratar de expresar la definición aristotélica y escolástica, que el arte es la recta determinación de las obras a ejecutar."
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